Sabiendo que dejaba Granada para siempre, Boabdil, último rey de Granada, miró hacia atrás y suspiró ante la última vista de la ciudad que abandonaba. De camino hacia Las Alpujarras y la costa, aún hoy, ese lugar se conoce como El Suspiro del Moro.
Una de las ilustraciones que he hecho para el libro Érase una vez al-Andalus, de Juan Castilla Brazales editado por El Legado Andalusí.