Este Blues del 79 fue publicado por primera vez en la separata ALGUNOS BLUES del fanzine Ale-Hop! del que algún día mostraré más cosas. Aquí, en la contraportada del Don Pablito nº 5 en marzo del 84. Un guiño al Catamarán Blues (oda al verano playero).
Archivo del Autor: carlos hernandez
More Smoke
No Blues
Las conquistas Almohades
Otra de las ilustraciones para el el libro Érase una vez al-Andalus, de Juan Castilla Brazales editado por El Legado Andalusí en 2010.
Ayuda a Ibn Firnas
Ibn Firnas fue un genial andalusí que probó una máquina de volar en el siglo IX. El juego consiste en impulsar a los ayudantes del inventor haciéndoles clic con el dedo (es una pantalla táctil) para que no se estrellen.
Esta es la animación base del juego (Ingenios mecánicos) correspondiente a la máquina de volar de Ibn Firnas para las consolas del Pabellón de al-Andalus y la Ciencia en el Parque de las Ciencias de Granada.
Con el fondo (y sus nubes en movimiento), el ayudante balanceándose en el aire y el mismo en estrepitosa caída, la programación hace el resto. Hay que calcular cuántos ayudantes saltarán y con que frecuencia dependiendo del nivel elegido por el niño o niña que juegue, contabilizar los estrellados para que no superen el máximo permitido, llevar cuenta de los puntos acumulados, marcar el tiempo restante… y toda una retahíla de cálculos muy larga de describir. Si quieres probarlo, juega on-line.
Flyer para Kin Krible!
Al final del arcoiris
5o. Ting, el Caldero. (I Ching)
Trabajando en mi taller de la calle Calderería Vieja, conseguí apuntarme a un curso de calderería (feliz coincidencia) impartido por el artesano Adolfo Heredia, un gitano rubio, de nervios de acero que nos enseñó a un pequeño grupo de alumnos a batir el cobre en su sentido más literal.
Partiendo de una chapa de cobre y sobre diversos tipos de yunques (les llamo así para entendernos, pues sus nombres no os dirán nada) íbamos batiendo la chapa hasta darle la forma deseada; trabajando casi en el suelo, como hace cientos de años. Se soldaba en la fragua, con una aleación preparada por nosotros y se forjaban las asas de hierro, calentándolas al rojo sobre el carbón incandescente. La simple técnica para hacer los remaches es todo un poema al ingenio humano y artesano. El interior se estaña (el óxido de cobre es tóxico) para su uso culinario. No hay mejor perol para el garrapiñado que uno de cobre.
Además de esta olla clásica, hice chocolateras, raseras, jarras, cazos y otros cacharros dignos de decorar cualquier cueva del Sacromonte. Algunas piezas las regalé, otras se vendieron en el zoco final que organizamos, otras las tiene el Maestro.
Esta olla no es la que dice la leyenda que hay enterrada al final del arcoiris, pero sí que tiene monedas dentro: pesetas que guardo.
El alambique
Las animaciones que he creado para los juegos educativos del Pabellón de al-Andalus y la Ciencia las he montado como ésta que sigue.
La primera parte es una introducción divulgativa; después viene el juego en sí (en este caso se trata de unir las diferentas partes de varios alambique de distinto diseño hasta completarlos, como si de un puzzle se tratase) y según se ha completado el trabajo, Nassim te felicita o se lamenta y te invita a seguir probando. Al concluir con éxito la prueba, ganas una parte del Tesoro. En este juego, perteneciente a Los Ingenios, el tesoro es un Reloj de Candela.
Del concepto del juego se encarga AIJU (Instituto del Juguete) y la programación del juego está a cargo de Trevenque-Kaplan; todo supervisado por el Comité Científico del Legado Andalusí. Las animaciones e ilustraciones son mi cometido.