En 1993 diseñé para ATHISA esta Estación de Cebo Permanente para sustituir las conocidas bovedillas de cemento que colocadas boca abajo ocultaban el matarratas en campus, garajes y naves industriales. El veneno, para proteger a manos incautas, estaba dividido en dos componentes que se mezclaban en el estómago del roedor. Así se evitaba también que éste reconociera el agente mortal con su olfato (es sabido que detectan el tóxico en un individuo muerto).
Tendrían que pasar varios años hasta que la empresa se decidiese a fabricarlas. Hace tan sólo unos meses encontré ésta, que fotografié a la poca luz de garaje en el que estaba.
Construí un modelo en fibra de vidrio a partir de un molde de escayola bastante complicado de hacer. Las curvas generadoras tenían un radio muy grande y tuve que trazarlas alejándome mucho de mi mesa de trabajo. Rebuscando he encontrado el plano que hice en su día.
(se puede ampliar)