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Pendientes MMM (plata 925)

El primer modelo de este MMM se lo vendí a Lola Serrano en el 85. El óvalo se desliza sobre la varilla desde la argolla que lo une al cierre hasta el pequeño tope antes de llegar a la punta. Como está hueco, sonaría como cascabel si lo agitases, pero el peso lo mantiene abajo.

Plata 925 es una garantía legal. Significa que de cada 1.000 partes, 925 (al menos) han de ser plata pura 100%. La plata pura es un poco blanda y se raya fácilmente.

Al oro le ocurre igual. El oro de 24 kilates (puro) se araña con el uso y por eso en joyería se usa oro de 18 kilates (haz tú el cáculo para averiguar la proporción y piensa en cómo calcular la pureza del oro mordiendo la moneda).

Colección para Isis. 1988.

Del catálogo de diseños de mis joyas en plata, las propietarias de Isis, eligieron varios modelos de pendientes, broches y agujas que montaron en su vitrina (arriba).

Las cajas las fabricaba yo también. Abajo puede verse un diseño de empaquetado bastante original. Consiste en tres piezas (dos unidas por unas cintas que las cierran y una tercera con los pendientes). No hay que desanudar los lazos, la pieza plana se desliza y sale tirando hacia un lado.

Este modelo lo llamé Corteza.

Broche con dragón en plata

Preparación de un broche en chapa de plata de 0,8 mm. de grosor con el motivo del dragón adaptado.

Arriba, la chapa pegada en la pez con el diseño dibujado para cincelarla. En el centro ya cincelada y abajo una vez calada. Después se repasa con limatón, lija, se le suelda el broche y se pule.

Azabache

Hice un viaje a Asturias a comprar azabache y conocí a una familia que se dedicaba a eso desde hacía al menos tres generaciones. Pude hablar con el abuelo y les compré un montón de cuentas de azabache que ellos mismos tallaban y pulían. Me regalaron algunos buenos y grandes trozos con los que hacer yo mismo la talla.

Sobre el tas, las piezas a medio montar. Y en una oreja, claro, acabada.

Los pines de plata del Planta Baja

Cuando el Planta Baja estaba en la calle Obispo Hurtado, Marino me encargó doscientos pines de plata con el anagrama del pub, un diablillo diseñado por la pintora Carmen Sigler. Después hicimos otra tirada similar (se los quitaban de las manos).

Realicé todo en mi estudio taller del Realejo. Primero preparé un modelo en bronce (que aún conservo) con el que hacer el molde de caucho para la cera perdida. Me hicieron la fundición en Murcia, en bruto. Luego los corté, limé, lijé, pulí, les soldé su pincho (el cierre era como el de un pendiente, también de plata) y los pulí.

Años más tarde y estando en el office del Planta nuevo, Marino me enseñó, de la caja fuerte, unos pocos que aún conservaba como un tesoro. Un halago de amigo.